domingo, 4 de marzo de 2007

Todos los perritos se van al cielo


Siempre voy a recordar el 4 de marzo del 2007 como uno de los días mas tristes que me ha tocado vivir. Hoy se me murió mi perrita Kiara y cada vez que pienso en eso se me llenan mis ojos de lagrimas. Con todo lo que he llorado ya no me deberían quedar mas lagrimas, pero increiblemente de solo pensar en ella, me doy cuenta que tengo llanto para rato.



Mi perrita se llamaba Kiara y como siempre pensé en que si algún día tenía una hija le iba a poner Constanza, terminé bautizando a mi perra como "Kiara Constanza", pero de cariño siempre la llame "Constanziña". Ella venía hace varios días cargando con un malestar que quizás no le tomé la importancia que debía, ya que no era la primera vez que le pasaba y por lo general siempre se mejoraba. Ahora me doy cuenta, que por mas pequeño que sea el malestar de un perrito tengo que hacerle caso a mi corazón y buscar una solución inmediata. No quiero decir que me siento culpable, porque sé que no lo soy, mientras mi perrita estuvo viva traté de darle lo mejor que le podía, tanto para ella como para cada uno de mis perros. Definitivamente voy a sentir su ausencia y la voy a extrañar demasiado, porque si bien ella siempre fue catalogada como la perrita de mi hermano, por alguna razón siempre la sentí más mía que de nadie. Ha de ser porque siempre fue mi compañera fiel, yo para ella lo era todo, me prefería a mí antes que a nadie. Si sentía miedo siempre recurria a mi habitación, y si había que sacarla de la casa, solamente me hacía caso a mi.



Mi Constanziña llegó un 10 de septiembre del 2001, recuerdo que estaba haciendo aseo y escuche a un cachorro llorar. Era ella, la habían botado en el centro de madres que esta frente a mi casa. Como soy corazón de abuelita, más aún cuando se trata de perros, no pude resistirme y me la traje a la casa. Creo que el mas contento fue mi perro, porque por fin tenía una compañera. Una compañera que por sobre todo fue leal, inteligente (me imagino algo de pastor alemás tenía en su génes) y también era una fiera, la defensora de la casa, la verdadera guardiana de esta casa.



Mi único consuelo es que su última noche la paso conmigo en mi habitación, donde cuide de su sueño toda la noche. También que mientras estuvo con vida, tuvo la suerte de estar con una familia que siempre la amó mucho, que le dío todo el cariño que un perro pueda tener, que nunca pasó frío ni hambre y que a pesar que ahora no esta con nosotros, siempre la vamos a recordar y querer mucho, yo más que nadie.



Esta dedicatoria es para mi Kiara. La más preciosa e inteligente perrita que uno pudiera tener, mi compañera fiel.



Te quiero mucho Kiara Constanza


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si cada vez uno se entera de distintas historias referidas al apego de las mascotas y quienes se encariñan con ellas...es que el asunto existe con toda su fuerza.

Recuerdo el caso de alguien que le puso a su gata "Ashley Marlene"...o sea, súper top como lo es "Kiara Constanza". Saludos cordiales.

Carloncho dijo...

De partida te confezaré que cuand empecé a leer esto me decia "¿Cómo es posible que sea tan apegada su perro?", pero una vez que me leí el texto completo lo comprendí, entendí el apego y la importancia en tu familia que tenia tu perrita "Kiara Constanza", es verdad que los animalitos por muy animales que sea tienen sentimientos y son seres que sienten y son capaces de clavarse en el corazon de toda una familia. Y lo reconozco por que casos he vivido.

Solamente decir que esta perrita ahora estará revoloteando ahora por los pompones del cielo.

Besitos mi amiga.

Atte.

Carloncho

http://www.fotolog.com/carloncho2002