viernes, 20 de abril de 2007

¿Es la televisión una porquería?

Probablemente si mi papá, mi mamá o mi hermano leyeran el título de este post se reirían de mí, porque ¿quien soy yo para hacer esta pregunta?, si soy de los mas aficionada a ese aparato cuadrado con control remoto que trasmite todo aquello que me idiotiza, pero ojo, porque de ninguna manera programas como Lost o Heroes son una porquería, pero si hago esta pregunta es para llevarla al contenido de cierto programa de televisión.

Todos los días programo mi televisor para que se encienda a las 9 de la mañana y me despierte. Bueno, reconozco que en algunas ocasiones no logra su cometido, pero en fin, el solo hecho de escuchar a Felipe Camiroaga hablar mientras tengo mis ojitos cerrados, hace que mis últimos sueños sean mejores. Pero hoy me desperté solo al escuchar que "Felipito" se mandaba un discurso de aquellos, decía: “Eva, sé que me estás viendo en este minuto (…) no había visto el programa. Nosotros traemos a nuestros opinólogos que sí lo han visto, nosotros no tenemos porqué verlo, Pero ayer lo vi porque lo repitieron en un espacio de CHV y cuando muestran el examen de ADN con una huinchita que van sacando con redoble de tambores, eso es un show televisivo, eso es un show con el dolor de las personas”.

Entonces recapitule, y me dí cuenta que todo esto se debe a que Eva Gomez, animadora de Chilevisión, en su programa El Diario de Eva dió a conocer una dura realidad. Había una mujer en el estudio y su esposo, cuando se develó, en vivo y en directo el misterio en torno a la paternidad de un niño. Al niño se le hizo un test de ADN, y el resultado arrojó que el niño en cuestión es producto de una violación que su madre sufrió, por ende, la persona que el niño ha reconocido como su padre toda la vida no es tal. De por sí la situación es muy fuerte y penosa, pero el problema es como se tratan estas cosas en televisión. Yo creo que ante todo hay que pensar en aquel niño y el daño que le hacen, porque no solo esta el hecho de darte cuenta que el papá que toda tu vida reconociste como tal, no es tu papá, sino que además ha de ser tan fuerte para él ir a la escuela y que sus compañeros lo reconozcan como el niño cuya mamá expuso su situación en televisión, y el resto de la historia la sabe medio Chile. Por otro lado esta la irresponsabilidad de los medios, y en este caso el del programa El Diario de Eva, porque por más que la gente que hace televisión diga lo que diga, al final lo que prima son los puntitos del rating. Es que definitivamente a traves de esto, quizas en un tiempo más los programas de "servicio" terminarán convirtiendose en una picantería como Laura en América, con gente agarrandose a combos en el estudio, con cámaras ocultas de develen infedelidades, etc, y todo eso ocurriendo ante el gozo y los que hacen el show, y el morbo de los televidentes.

He escuchado a tantos decir que la televisión de hoy en día es tóxica, es un porquería y un montón de adjetivos más, y todo eso porque hay 5 programas de farándula al aire, que lo único que hacen es innundarnos con los conflictos de Marlen Olivarí y Roberto Dueñas, o los nuevos amores de Kenita Larraín, o si hay un nuevo romance entre una futbolista y una modelo. Que nadie diga que la farándula es una porquería, porque puede que lo sea, pero pucha que entretiene y a nadie le va a afectar de la misma manera que a ese pobre niño. Sinceramente prefiero ver S.Q.P, antes de ver a las gente que se presta para ir a esos programas de servicio, que de servicio no tienen nada, solo te exponen, te humillan, y ganan dinero a costa del dolor de las personas.

2 comentarios:

Carloncho dijo...

Pero que verdad mas absoluta has expuesto mi amiga... si hay algo que dentro de todo se comercializa hoy en tv, es el "Serivico", ya que el "servicio" que dicen dar estos programas, no son ni tales, ya que a la larga como dices tú, se llenan los bolsillos desde los directores de este programa haslata quien separa a los que se agarran... osea hablamos de un todo. De verdad me da pena y verguenza ajena que personas que teniendo esos tipos de problemas se los cuenten a medio Chile, y si es que no es a todo Chile, ya que más que uan mediatización que pueden hacer estos programas, son más que nada exibicionismos que dan pena de la gente.

Con esto me quedó claro la realidad de la gente, la verdad... que cuyas personas que van a exponerse a esos programas son generalmente desde la clase media-media a la baja. Que triste realidad, más aún si aceptas hummillarte frente a todo un país trayendo contigo al arrastre a toda tu familia... una pena la verdad.


UUff.. amiga, parece que me vole con esto. Pero quería botar un poquito de shashara antes de acostarme y con lo que pusiste ahora en tu blog me dieron motivos.

Bueno, pero ahora me iré a acostar, acabo de leer tu posteo en mi blog jis... gracias... y con esto se podría decir que me iré a soñar con los angelitos... osea contigo.

Un besito grande.

Atte.

Carloncho

Anónimo dijo...

Abordaste la polémica mediática de la semana, ¿eh? Por cosas así es que adoro el TV cable...hay cada basura de programación local y, lo que es peor, se le da una importancia exagerada en la prensa.

Buenos Días a Todos se precia de ser "El Matinal de Chile" y de no caer en las "malas artes" de otros programas similares (los sarcasmos de Patty Maldonado, el circo de Dueñas, la chacota excesiva de La Red o las movidas desesperadas del 13). Pero el Sr. Camiroaga tiene memoria de pollo...él mismo ha sido parte de este circo al querer de forma desesperada animar el Festival de Viña sólo amparándose (aunque no lo admite) que es el "tremendo mino".

Hay un dicho que señala que "para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado"...y Buenos Días a Todos tiene a personajes lamentables entre sus panelistas como la Sra. Argandoña o el Sr. Soto. No voy a defender a rajatabla lo sucedido en El Diario de Eva (a veces, el fin no justifica los medios), pero que tire la primera piedra aquel que esté libre de pecado.

No creo que lleguemos al nivel de programas como Laura en América o el de Jerry Springer en Estados Unidos; hay un nivel de civilidad en nuestros compatriotas que se mantiene sobre el mínimo. Saludos cordiales.